Las calles de nuestro barrio Castilla sienten la ausencia de un caminante, que desde sus pasos ha marcado una senda, que muchos recorrerán para encontrar las huellas de la Paz Urbana que hoy necesita Medellín. El barrio se estremece por la luctuosa soledad que dejó Luis Gil que floreció en un verano sin alcanzar el invierno, pero que germinó muchas flores para embellecer el lugar, y su legado cultivó muchas mentes y sembró conciencia y poesía para decorar los imaginarios de nuevas generaciones, que recuperen la memoria sentida y vivida; solo con ellas encontrarán la reconciliación de los corazones en comunidad.
La noticia no es la muerte de uno más; aunque sea el ser más amado, que dejó un legado y un desafío de paz; la noticia es que en la Comuna 5 estamos resistiendo la violencia. Por eso ante este acto nos unimos, nos tomamos el territorio, y donde las balas, el odio de unos y la sangre inocente derramada quiere segregar más odio, venganza y más violencia, generamos lazos de unidad para hacer un llamado de reconciliación. Una vez más La vida de uno es sacrificada para que nos unamos, para que pongamos a un lado nuestras diferencias y juntos busquemos y encontremos la tan anhelada PAZ.
Hoy compañeros, amigos, familia y vecinos seguimos resistiendo pacíficamente las secuelas de una violencia y un conflicto urbano que muchos niegan, pero que sentimos cada año con más rigor; y que son nuestros jóvenes las víctimas y victimarios en un mismo territorio, que los alejan de la reconciliación, por la que LUCHITO propugnó en todos los rincones de la comuna. Con nuestra presencia y nuestras acciones de incidencia impartimos paz, amor, perdón y reconciliación que son las únicas armas capaces de transformar el conflicto en una verdadera paz duradera.
Desde la Mesa de Derechos Humanos de la comuna 5, exigimos el esclarecimiento de los hechos, como forma de reparación efectiva para la comunidad, además elementos de reparación simbólicos que procuren la reconciliación y el perdón, haciendo un llamado a las Garantías de No Repetición, que evite la revictimización de estas comunidades. Exigimos al Estado en la cabeza de la Alcaldía la garantía de los Derechos humanos y la protección, en especial de este sector poblacional, que evite el círculo de violencias en los cuales están asumidos.
Hemos venido trabajando por estas acciones desde hace 9 años, y contextualmente desde inicio de este año hemos exigido acciones de seguridad no solo policivas, sino de seguridad humana integral desde la Alcaldía, que traiga verdaderas oportunidades a los jóvenes, y hemos encontrado omisión y desidia para generar soluciones profundas a males que son históricos, y que a través del Plan de Intervención no logró acercarse a los mismos, mucho menos mitigarlos. Esto lo hemos señalado desde la Red por la Seguridad Humana, que ha venido haciendo un ejercicio de propuestas de intervención a través la Movilización Social, como forma de gobernanza del territorio.
Hoy nos encontramos con un panorama desolador, ya que el año 2016 fuimos la segunda comuna con mayor número de homicidios, además de las recurrentes desapariciones forzadas, reclutamiento forzado, extorsiones, amenazas, intimidaciones y violencias sexuales e intrafamiliares, y que encuentran solo soluciones de choque, policivas y de fuerza, que terminan por deslegitimar la institucionalidad al no lograr plasmar ni articular soluciones conjuntas con la misma comunidad.
Paz, amor, reconciliación y resistencia son parte del legado que Luis Fernando Gil nos deja, invitando la comunidad a acompañar a los niños y jóvenes que crecen en nuestro barrio y quienes son víctimas directas del conflicto. Creemos que desde el arte y la cultura se pueden resistir las diferentes formas de violencia y se abre un camino diferente en medio de la guerra.
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