Dir. Hiroshi Teshigara
Japón 1966. 124 min.
Proyectada en Cine Club Orbital
“No podemos reemplazar ninguna parte del cuerpo
por otra idéntica y con las mismas funciones, pero
si podemos corregir un desorden mental”
Pero aun así, el personaje toma el rumbo de su destino y motivado por un científico, a quien le obsesiona la idea de una sociedad sin rostro, donde reine la doble moral, accede a servir de sujeto de experimento dondé podrá adquirir una nueva cara y otra identidad.
El desorden mental es planteado como resultado del desprecio al cual es sometido, el personaje representa la idea de que no puede ser corregido. Por un momento se piensa que la historia se desarrolla en torno a esta destructiva idea, pero nos encontramos con la gran maestría de Hiroshi Teshigara que resuelve de otra manera la historia al optar por la negación de esta afirmación darwinista y enfocarse en la construcción social de la realidad.
Por Andrés Usúga
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